Inmediatamente luego de la bisectriz de tiempo anunciada de 30 días para un acuerdo comercial de Estados Unidos en Canadá, nuestras dos naciones tienen la oportunidad de restablecer y blindar la asociación económica que ha sido la pulvínulo de la prosperidad norteamericana durante generaciones. Los líderes y asociaciones empresariales, incluido el Canadian American Business Council (CABC), han abogado durante mucho tiempo para la décimo temprana y colaborativa de posibles irritantes comerciales antiguamente de que se conviertan en disputas más grandes que cuelgan nuestras economías integradas.
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El impuesto de servicios digitales (DST) de Canadá ha sido una fuente de fricción entre los países durante abriles, pero el irritante ahora se ha intensificado en peligro financiero tangible. El plan de Canadá para cobrar el DST el 30 de junio, próximo con la Sección 899 que propone impuestos adicionales a los inversores extranjeros de países con política fiscal discriminatoria, aumenta las tensiones entre dos de los socios comerciales más cercanos del mundo en un momento en que la cooperación económica es más importante que nunca. Y como el CABC ha capaz durante mucho tiempo, las represalias ahora están oficialmente sobre la mesa con la Sección 899.
El DST puede acontecer sido concebido para perseguir a los gigantes tecnológicos estadounidenses, pero el impacto golpea a los consumidores canadienses y las pequeñas empresas que dependen de plataformas digitales que además sentirán el dolor de precios más altos. Los hogares y empresas canadienses ya están lidiando con inflación, presiones de la esclavitud de suministro y asequibilidad. Un nuevo impuesto digital que podría aumentar el costo de los servicios cotidianos (entrega de alimentos, acciones de delirio, alquileres de asueto) no es de su interés. La amenaza muy verdadero de las medidas de represalia estadounidense penaliza aún más a los canadienses en un momento en que ambas naciones necesitan estabilidad económica.
Más allá del impacto financiero inmediato, DST además tiene profundas implicaciones para los trabajadores estadounidenses y la competitividad. El examen fresco sugiere que hasta 3,140 empleos estadounidenses podrían perderse a medida que las empresas se ajusten a estos nuevos costos, mientras que la carga anual de $ 2.3 mil millones para las empresas estadounidenses reducirá los ingresos por exportaciones y reducirá la pulvínulo impositiva de los Estados Unidos. Mientras tanto, pequeñas y medianas empresas (PYME) enfrentará impactos negativos de instilacióna medida que el impuesto sofoca su capacidad de crecer, ascender e innovar a nivel franquista. Las nuevas empresas además se disuadirán de innovar e trastornar en Canadá, deteniendo el crecimiento del país. Yuxtapuesto con la sección 899, la inversión corporativa y la innovación en uno y otro lados de la frontera están en peligro.
Desde una perspectiva comercial, el DST además socava la previsibilidad dada su naturaleza retroactiva. Obligando a las empresas a satisfacer impuestos sobre los ingresos de 2022 y 2023, los mejores que precedieron por completo a la promulgación de la ley, Violates aceptó ampliamente los principios fiscales internacionales y crean precedentes peligrosos. Las empresas necesitan tiempo para planificar e imponer impuestos retroactivos socava la planificación financiera que facilita la competitividad económica.
La próxima plazo coto para el plazo DST de las compañías estadounidenses presenta una oportunidad crucial para afrontar estas preocupaciones a través del diálogo constructivo en circunscripción de acciones unilaterales de cualquiera de las naciones. Con su fin, el gobierno canadiense puede demostrar buena fe y compromiso con nuestra prosperidad compartida al suspender la implementación del DST y eliminar su retroactivo provisiones. Tal aire mostraría respeto por nuestras obligaciones de la USMCA y crearía espacio para las negociaciones multilaterales que uno y otro países han apoyado previamente. Mientras tanto, Estados Unidos puede comenzar posponiendo la bisectriz de tiempo de implementación de 90 días del impuesto sobre la inversión extranjera de los Estados Unidos para alentar aún más las negociaciones. Ambas partes deben adoptar un enfoque constructivo.
La fortaleza de la relación económica de Canadá-Estados Unidos siempre se ha basado en el respeto mutuo y el compromiso compartido con la competencia desafío. El DST canadiense socava uno y otro principios. Al pausar la colección, Canadá puede reafirmar su dedicación a la asociación que ha hecho que ambas naciones sean más prósperas y seguras. A su vez, Estados Unidos debería involucrar a Canadá en un espíritu de resolución de problemas constructivas. En circunscripción de ver el DST solamente a través de la lupa del conflicto, este momento puede estilarse para profundizar el diálogo sinalagmático sobre el futuro del comercio digital, la equidad fiscal y la política de innovación. Una relación económica resistente y moderna requiere una acondicionamiento continua, pero además principios compartidos.
En última instancia, la asociación de Canadá -US se ha basado durante mucho tiempo en el gratitud de que nuestro éxito financiero está profundamente interconectado. Encarar el DST de modo colaborativa no solo mantendría estos títulos sino que además fortalecería nuestra capacidad de competir a nivel mundial. Nuestros lazos económicos transfronterizos son demasiado valiosos para ofrecer por la gestación de ingresos unilaterales a corto plazo. El camino alrededor de delante requiere diálogo, no discriminación, y el tiempo para nominar ese camino es ahora.