La industria naviera general está en alerta máxima luego de ataques aéreos estadounidenses en las instalaciones nucleares iraníes, con los crecientes temores de que Teherán pueda tomar represalias contra embarcaciones comerciales en corredores marítimos secreto.
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Grecia, hogar de la flota de petroleros más noble del mundo, ha instado a sus propietarios a reconsiderar la navegación al Ensenada Pérsico, particularmente a través del Férreo de Hormuz, un punto de estrangulamiento táctico que canaliza más o menos del 20% del suministro de petróleo del mundo. En una circular obtenida por Bloomberg, el Servicio de emisión difícil aconsejó a los operadores que retrasen los tránsitos o se mantengan en puertos seguros cercanos hasta que las tensiones disminuyan.
El Centro de Información Marítima Conjunta (JMIC), un organismo de enlace naval, advirtió que los barcos vinculados a los Estados Unidos en el Mar Rojo y el Ensenada de Adén ahora enfrentan un “detención peligro” de ataque. La alerta del domingo sigue las nuevas amenazas de los rebeldes hutíes de Yemen y la creciente preocupación entre las fuerzas militares que operan en la región.
Las ganancias de los petroleros ya han aumentado casi el 90% desde que Israel comenzó los ataques aéreos en Irán a principios de este mes, y los analistas de emisión dicen que las primas de peligro podrían continuar subiendo. El aviso de Grecia podría afectar significativamente los flujos de productos básicos globales, especialmente el petróleo, dada su dominio en el mercado de petroleros.
Mientras que algunas empresas navieras griegas se vuelven a evaluar, otras pueden optar por continuar transitando a Hormuz si las tasas aumentan lo suficientemente altas como para compensar el peligro. El Servicio Helénico aconsejó a los operadores que eligieran proceder a hacer cumplir los protocolos de seguridad máximos y permanecer lo más allí posible de las aguas iraníes.
Por otra parte de la emergencia, la Fuerza Naval de la Unión Europea elevó su nivel de amenaza para los buques ligados a los Estados Unidos e Israel, advirtiendo que todos los envíos comerciales pueden estar expuestos al peligro.
Un cerradura potencial del Férreo de Hormuz marcaría una interrupción sísmica en las cadenas de suministro de energía y carga general, obligando a los interesados marítimos a hacer llamadas difíciles bajo una tensión geopolítica creciente.