Las opiniones expresadas por los contribuyentes empresariales son propias.
En las salas de juntas y las llamadas de teleobjetivo en todas partes, se repiten las mismas excusas:
“Nuestra industria es demasiado competitiva. Estamos luchando por cada dólar y cada empleado”.
“Tenemos una de las tasas de facturación más altas, es solo la naturaleza del negocio”.
“Así es como es. No cambiará”.
Aquí está la verdad: no es tu industria. Es tu empresa. Más específicamente, es tu civilización. La ingreso rotación, la descenso décimo y la mala retención no son mandatos de la industria: son señales de problemas internos que necesitan atención. Y si desea construir un negocio resistente, debe dejar de externalizar la delito.
El liderazgo transaccional no funciona
Comience con la experiencia del empleado. Si su relación con su equipo es puramente transaccional, haga su trabajo, cobre un cheque de suscripción, entonces no está generando honradez. Estás construyendo agotamiento.
¿Qué dicen los empleados sobre su civilización cuando el liderazgo no está presente? ¿Qué piensan en realidad sobre sus oportunidades, apoyo o dinámica del equipo? Si no lo has preguntado, no lo sabes, y estás adivinando.
La transformación comienza cuando el liderazgo cambia de mandar la producción a cambiar en personas. Cada industria con ingreso rotación además tiene empresas que desafían las probabilidades. ¿Qué los distingue? Una civilización basada en la confianza, el propósito y el crecimiento compartido. Esto está habitable para todos los negocios, pero solo los dispuestos a ganarlo.
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La civilización no es cosmética, es núcleo
Su empresa puede ser rentable. Es posible que tenga una musculoso marca externa, marketing o incluso un producto distinguido. Pero si su civilización interna es débil, aparecerán grietas. La innovación se ralentizará. El agotamiento de los empleados aumentará. El talento se irá, en silencio o en voz ingreso, y la reputación sufrirá.
La civilización no es una iniciativa de sentirse acertadamente. Es un impulso comercial central. Y si desea solucionarlo, debe comenzar desde el interior.
Cómo comenzar tu transformación
Si la civilización de su empresa necesita un reinicio, aquí es cómo comenzar:
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Evaluar la sinceridad
Use encuestas anónimas, entrevistas de equipo y comentarios de 360 grados para comprender cómo se sienten las personas en realidad. Considere traer un tercero ecuánime para eliminar el sesgo y descubrir puntos ciegos. -
Alinear el liderazgo
Si el equipo ejecutor no está completamente vinculado con los títulos, objetivos y expectativas, el trabajo cultural se detendrá. La fila crea consistencia. La inconsistencia genera desconfianza. -
Restaurar la confianza a través de la movimiento
Los empleados no confían en lo que usted dice: confían en lo que usted hace. Las acciones pequeñas y visibles que reflejan nuevas prioridades irán más allá de una docena de reuniones para todas las manos. -
Use las herramientas adecuadas
Las herramientas de la dinámica de la personalidad y el equipo como Myers-Briggs, Disc o AEM-Cube pueden ayudar a los equipos a comprender mejor cómo colaborar y tomar decisiones. Pero no te detengas en las etiquetas. Use estas ideas para impulsar un cambio vivo en cómo operan los equipos.
El cambio de civilización no es una posibilidad única
La transformación no es un taller. Es un compromiso. Los cambios de civilización requieren un refuerzo constante, no solo grandes reuniones de inicio. Al igual que rastrea los ingresos, los clientes potenciales y la satisfacción del cliente, además debe rastrear la décimo de los empleados, el aventura de agotamiento y la fila interna.
La civilización es un sistema vivo. Sin registros y ajustes regulares, se deriva, a menudo en la dirección incorrecta.
Su equipo viene ayer de su cliente
Esto puede sonar contradictorio, pero es cierto: los empleados felices y comprometidos construyen mejores negocios que los estresados y reemplazables. Las compañías que superan a las industrias de “ingreso rotación” invierten en su concurrencia como si invierten en sus clientes. No aceptan excusas. Crean entornos en los que la concurrencia quiere quedarse.
Si su negocio está luchando con la retención, la decente o el compromiso, no culpe a la industria. Mira en dirección a adentro. Conducir en dirección a delante. Y haga el trabajo duro de construir la civilización que su equipo merece.
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En las salas de juntas y las llamadas de teleobjetivo en todas partes, se repiten las mismas excusas:
“Nuestra industria es demasiado competitiva. Estamos luchando por cada dólar y cada empleado”.
“Tenemos una de las tasas de facturación más altas, es solo la naturaleza del negocio”.
“Así es como es. No cambiará”.
Aquí está la verdad: no es tu industria. Es tu empresa. Más específicamente, es tu civilización. La ingreso rotación, la descenso décimo y la mala retención no son mandatos de la industria: son señales de problemas internos que necesitan atención. Y si desea construir un negocio resistente, debe dejar de externalizar la delito.
El liderazgo transaccional no funciona
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