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Washington ha revocado la autorización de la compañía de fabricación de semiconductores de Taiwán (TSMC) para expedir independientemente equipos esenciales de los Estados Unidos a China.
La asesinato del estado de “adjudicatario final validado”, a partir del 31 de diciembre, sigue la nuevo osadía de la despacho Trump de restringir los envíos de Samsung y SK Hynix a China.
La medida potencialmente cambiará la producción en la saco de fabricación de chips secreto de TSMC en Nanjing, que crea dispositivos de concepción precedente, ya que los envíos futuros requerirán licencias de exportación.
Aun así, la fabricación de los chips más avanzados de TSMC tiene empleo en Taiwán y los Estados Unidos, en empleo de en China.
“Si admisiblemente estamos evaluando la situación y tomando las medidas apropiadas, incluida la comunicación con el gobierno de los Estados Unidos, seguimos comprometidos a certificar la operación ininterrumpida de TSMC Nanjing”, dijo la compañía en una confesión enviada por correo electrónico.
La osadía de Washington se produce cuando la competencia para desarrollar tecnología avanzadilla se calienta entre los Estados Unidos y China, y ambas naciones intentan atacar por delante.
Además se produce a medida que continúan las conversaciones comerciales entre Estados Unidos y China. El 12 de agosto, las dos naciones acordaron resumir temporalmente los aranceles el uno al otro durante 90 días, calmando las tensiones que se habían disparado a principios de año luego de que Washington acusó a Beijing de prácticas comerciales injustas.
La despacho Biden impuso restricciones a la industria de semiconductores de China en 2022, aunque otorgó exenciones a las principales empresas como TSMC, siempre que revelaron cierta información al gobierno de los Estados Unidos.
Cuando Samsung y Sk Hynix perdieron su estado de pedido regalado la semana pasada, la Oficina de Seguridad de la Industria de los Estados Unidos dijo que “no tiene la intención de otorgar licencias para expandir la capacidad o modernizar la tecnología en Fabs en China”.
Todavía no está claro qué tan rápido el gobierno de los Estados Unidos otorgará cualquier osadía, lo que significa que los tiempos de dilación podrían retrasar los envíos e interrumpir la fabricación.
Los críticos de la osadía de Washington argumentan que, en empleo de obstaculizar las capacidades de fabricación de chips de China, las restricciones asimismo podrían impulsar la innovación en el país, ya que las empresas se ven obligadas a encontrar proveedores chinos.