Friday, October 17, 2025
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Sintiendo la tensión: los fabricantes de pasta italianos llegan al punto de ebullición por los aranceles de Trump


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En la tormenta comercial mundial desatada desde el regreso al poder del presidente estadounidense Donald Trump, los productores de pasta italianos se sienten muy solos.

El 4 de septiembre, el Unidad de Comercio de Estados Unidos anunció aranceles preliminares del 91,74% sobre 13 marcas de pasta.

Si se mantienen, los aranceles entrarían en vigor en enero de 2026, lo que supondría un duro desdicha para Italia, que exportó casi 700 millones de euros en pasta a Estados Unidos en 2024.

“Es injusto, es una obra proteccionista de Estados Unidos contra la pasta italiana”, dijo a Euronews Margherita Mastromauro, presidenta de Unione Italiana Food, la decano asociación de productores de alimentos de Italia.

Luego de tener lugar desapercibido durante un mes, el caso ahora está atrayendo cada vez más atención, impulsado por la presión de los actores de la industria italiana.

Sin incautación, en la batalla arancelaria de la suministro estadounidense, la pasta destaca como un caso singular.

Se originó en 1996, cuando los productores de pasta estadounidenses acusaron a los fabricantes italianos de realizar dumping: traicionar sus productos en el mercado estadounidense a precios inferiores a los de Italia.

Desde entonces, los productores italianos han estado sujetos regularmente a aranceles, pero nunca de la magnitud decidida ahora por la suministro Trump.

Combinado con los aranceles del 15% que ahora se aplican a las importaciones de la UE a los EE.UU., la carga arancelaria total alcanzaría el 106,74% si se implementara. Los fabricantes de pasta dicen que esto es estupendo.

“Necesitamos ayuda, porque gran parte de nuestras empresas están involucradas. Con un tarifa tan parada, significa que todas estas empresas no exportarán hasta que se haga la nueva revisión”, dijo Mastromauro.

La investigación abarcó el período comprendido entre el 1 de julio de 2023 y el 30 de junio de 2024. Los productores italianos esperan que la revisión de fin de año 2025 les brinde cierto alivio. Pero por ahora el futuro sigue siendo incierto.

¿Puede la lucha volverse política?

Las empresas han estado luchando para que se levanten estos aranceles desde septiembre.

Dos de ellos, Garofalo y La Molisana, han interpuesto acciones judiciales contra la audacia.

El gobierno italiano y la Comisión Europea han comenzado a involucrarse. Sin incautación, el ganancia de maniobra sigue siendo restringido en lo que, según el presidente de Unione Italiana Food, es más una cuestión “constitucional” que “política”.

El ministro italiano de Agricultura, Francesco Lollobrigida, denunció “un mecanismo hiperproteccionista contra nuestros productores de pasta”.

Y en Washington, los representantes italianos están trabajando activamente para hacer oír su voz.

El Profesión de Asuntos Exteriores italiano ha dicho que los aranceles eran “desproporcionados” y se ha sumado al caso delante el Unidad de Comercio de Estados Unidos como “parte interesada” para opinar a auspicio de este sector secreto de la caudal italiana.

Por su parte, la Comisión, que ha conocido cómo se acumulan las disputas comerciales con Estados Unidos en los últimos meses, se mantiene preparada. El diálogo es un camino posible a través de los canales abiertos por el acuerdo impositivo celebrado en julio entre Bruselas y Washington, que fijó los derechos estadounidenses sobre las importaciones de la UE en un 15%.

Su implementación está siendo monitoreada de cerca en uno y otro lados del Atlántico, en medio de dudas persistentes sobre si Trump cumplirá su palabra.

No está claro si la pasta italiana se abrirá paso en la inventario de demandas europeas, ya que la UE aún negocia para eliminar los aranceles estadounidenses del 50% sobre el puñal de la UE y apuntalar exenciones del 15% caudillo.

Preguntado por Euronews, un funcionario de la UE admitió que, a diferencia de los aranceles unilaterales impuestos a otros productos de la UE (que violan las normas de la Ordenamiento Mundial del Comercio (OMC) que regula el comercio internacional), la obra antidumping de Estados Unidos contra la pasta parece realizarse de forma tradicional, como un mecanismo de defensa comercial permitido por la OMC.

“Estamos siguiendo de cerca el caso, y si hay fallas en la investigación, lo cuestionaremos y plantearemos el asunto a la OMC”, dijo el funcionario a Euronews.

Si ese fuera el caso, podría dar punto a medidas de represalia por parte de la UE.

El Parlamento Europeo siquiera se queda de brazos cruzados, aunque en materia comercial la competencia es de la Comisión Europea.

El eurodiputado socialista italiano Brando Benifei, que encabeza la delegación parlamentaria para las relaciones con Estados Unidos, condena la obra estadounidense que considera “claramente discriminatoria”.

“Esto tiene que resolverse e instamos a la Comisión a representar”, dijo a Euronews.

Pero ¿por qué apuntar a Italia? La pregunta surge, legado que la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, es conocida por sus buenas relaciones con Trump.

Una fuente europea dijo a Euronews que este caso podría ser el resultado de una disputa entre el Representante Comercial de Estados Unidos y el Unidad de Comercio de Estados Unidos, los dos brazos principales de la suministro estadounidense en política comercial.

Entreambos han estado haciendo malabarismos con sus responsabilidades desde el regreso de Trump, y es posible que uno haya intentado pasar al otro apuntando a la icónica pasta italiana.

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